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La soledad en hombres gays y bisexuales adultos: un silencio que pesa

  • Foto del escritor: Iván Esteban Sanz
    Iván Esteban Sanz
  • 12 nov
  • 2 Min. de lectura

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La soledad en hombres gays y bisexuales adultos es un tema poco abordado, aunque cada vez se habla más de la soledad como fenómeno social y de salud pública. Muchas personas experimentan un sentimiento de desconexión que no siempre se corresponde con la cantidad de relaciones que tienen a su alrededor. Esta soledad silenciosa, a menudo invisibilizada, tiene raíces profundas en la historia personal y colectiva del colectivo LGTBI+.


Aunque la sociedad ha avanzado en derechos y reconocimiento, todavía persisten mensajes y experiencias que generan distancia. Muchos hombres gays y bisexuales crecieron en entornos donde ocultar partes de sí mismos era una estrategia de supervivencia. Esto puede dejar huellas duraderas:

  • Dificultad para confiar en los demás

  • Miedo al rechazo

  • Tendencia a vincularse desde la distancia emocional


A ello se suma la cultura del rendimiento y la apariencia, presente incluso en los espacios LGTBI+, donde el cuerpo y la juventud se convierten en moneda de valor. Esto puede generar que, incluso dentro de la comunidad, algunos hombres se sientan fuera de lugar o invisibles.


La soledad sostenida no es solo una emoción pasajera: puede afectar la salud mental, generando ansiedad, depresión o un sentimiento difuso de vacío. Muchos hombres relatan sentirse desconectados incluso cuando tienen una vida social activa o usan aplicaciones de citas.

En realidad, lo que falta no es compañía, sino vínculo emocional: la posibilidad de mostrarse con vulnerabilidad y sentir que uno es acogido en su totalidad.


La psicoterapia puede ofrecer un espacio seguro para comprender y elaborar la soledad. No se trata solo de “aprender a estar solo”, sino de reconstruir la relación con uno mismo y con los demás desde un lugar auténtico y compasivo. Algunas estrategias incluyen:

  • Explorar el propio deseo y necesidades emocionales

  • Revisar los mandatos de masculinidad internalizados

  • Trabajar la vergüenza y la autocompasión


Además, es fundamental mirar más allá de lo individual y crear redes de apoyo y espacios comunitarios, donde la vulnerabilidad se viva como una fortaleza y el cuidado mutuo como forma de resistencia.


Hablar de soledad en hombres gays y bisexuales adultos no significa rendirse ante ella, sino reconocer su existencia y darle sentido. Detrás de este silencio hay una búsqueda legítima: sentirse visto, querido y en conexión.

Acompañarse —desde la terapia, la amistad o la comunidad— puede ser el primer paso hacia una forma de estar en el mundo más amable, auténtica y viva.

 
 
 
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